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I+D Revista de Investigaciones ISSN 2256-1676 / ISSN en línea 2539-519X
Volumen 12 Número 2 Julio-Diciembre de 2018 pp. 59-69
embargo, en estado severo también afecta a las jóvenes
(Asociación Nacional de Café [Anacafé], 2013). Sobre
esta situación los cafeteros arman que anteriormente
era un asunto manejable, pues los niveles de presencia
de la enfermedad eran bajos y singulares, mientras que
en la actualidad las intensas lluvias hacen que haya más
humedad y mayor proliferación del hongo, por tanto,
mayor caída de hoja con ataque no selectivo, sino a toda
la supercie foliar del arbusto, lo que ocasiona bastantes
pérdidas en la producción.
Barquero (2013) plantea que la roya se puede manejar
empleando variedades resistentes, y adoptando nuevas
prácticas culturales como mayores distancias de siembra,
poda de cafetos, manejo de la sombra y combate químico
mediante el uso de fungicidas. En el caso de estudio los
lugareños han incorporado a sus cultivares variedades
resistentes para el caso de la roya; sin embargo, a su
juicio, estas no producen igual que las otras.
En el caso de las plagas, los entrevistados coincidieron
que con la variabilidad y el cambio climático la broca del
café, Hypothenemus hampei Ferrari, ha sido la plaga más
perjudicial para la cacultura, en razón a que coloniza
los frutos durante su maduración y destruye una gran
parte de la cosecha en un tiempo corto. De acuerdo con
Barquero (2013), el control se debe realizar mediante un
programa de manejo integrado que comprende varias
tácticas y opciones de control, como son control cultural,
control biológico, control etológico o trampeo y control
químico (Dufour, 2008). Los entrevistados aseguraron
que han optado por combatir la broca especialmente a
través del soqueo de los cafetales, práctica que para los
productores es un volver a empezar, pues este método de
control implica cortar todos los arbustos para eliminar con
ellos la enfermedad. Luego, el café debe retoñar, es decir,
prácticamente debe volver a nacer, algo que se considera
bastante demorado y afecta el tiempo de producción,
desencadenando incertidumbre en el productor.
Por otro lado, como una medida de preparación del cultivo
ante la presencia de enfermedades, especialmente fungosas
causadas por la humedad, los productores han optado por
incrementar los niveles de fertilización, ya que, según su
imaginario, esto permite que el cultivo resista cualquier
enfermedad y asegura la producción. Esta situación, a su
vez, desencadena altos costos de producción, esclavitud
por parte de los nqueros y dependencia de la tierra a los
agroquímicos para poder producir (Figura 1).
Familia tecnología. Los problemas ambientales,
especícamente los cambios de clima que afectan el
cultivo del café, deben ser manejados y adaptados,
retomando tanto el conocimiento local como las nuevas
tecnologías. En este sentido, la asistencia técnica sugiere
controles reiterativos tanto químicos como manuales para
lograr una producción óptima y de excelente calidad; sin
embargo, la adopción de lo que se transere depende tanto
de la funcionalidad de la técnica como de los resultados
en la práctica, que permitan que la recomendación sea
replicable evitando así la proliferación de nuevos focos
de infestación de la plaga o la enfermedad en las veredas
y predios vecinos (Figura 2). Esta percepción de los
cultivadores de café acerca de que la aplicación sucesiva de
agroquímicos genera alta dependencia y mayores costos
que no son compensados con los niveles de producción
media por hectárea, coincide con lo encontrado por
Sánchez, Rincón, Toledo y Gómez (2016) en su trabajo
con cultivadores de maracuyá (Pasiora edulis). Estos
investigadores consideran que la transferencia de
tecnología es un proceso de extensión con actividades
interconectadas que producen un resultado relacionado
con la adopción de una innovación tecnológica, la
adquisición de conocimientos para solucionar problemas
o el fortalecimiento de la interconexión organizacional. De
acuerdo con Calivá ( 2013), se precisa de la concurrencia de
una política nacional pero complementada por la política
local tanto en investigación como en extensión, y los
comités departamentales de cacultores son los llamados
a denir las prioridades. Sin embargo, a juicio de Ramírez
(2014), el servicio de extensión no está haciendo el trabajo
como se debería, pues este debería ser descentralizado
y reforzado, y trasmitirse de manera más frecuente, con
permanente acompañamiento (Ariza, 2015).
En consonancia con lo planteado por los autores,
todos los tipos de control en cualquiera de las plagas
y enfermedades deben ser complementarios y no
únicos, y hacia eso es que se deben dirigir los esfuerzos
del acompañamiento técnico, pues la variabilidad y la
inestabilidad del clima tiende a ser más agresiva cada
día y esto favorece los problemas agronómicos en los
cultivos, y, por tanto, los rendimientos y utilidades de
estos. En resumen, la combinación de control cultural
(Catalán, 2012), control químico (Cermeli, 2016), y control
orgánico es la base para hacer frente a los diferentes
embates de la variabilidad.
Familia socioeconómica. Las afectaciones de los cultivos
de café como consecuencia de los cambios del clima
han generado una problemática tanto para el productor
como para la vecindad, en tanto que la cosecha y la
calidad del café disminuyen, convirtiéndose en un factor
de preocupación dado que los ingresos de las familias
bajan y no logran suplir sus necesidades de producción.
Esto se debe, en parte, a que la información de alertas
acerca del clima es poco accesible para los productores
y también es incierta, hecho que los deja en un estado
VERENICE SÁNCHEZ CASTILLO, YEISY AVENDAÑO PIZO, ANDRÉS GAVIRIA ASTUDILLO, CARLOS GÓMEZ
Cambio climático y café (Coea arábica) en Acevedo, Huila: una lectura desde sus cultivadores