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I+D Revista de Investigaciones ISSN 2256-1676 / ISSN en línea 2539-519X
Volumen 14 Número 2 Julio-Diciembre de 2019 pp. 52-63
results of a study whose objective was to determine the relationship between “safety culture” and “safety leadership”
in employees of three SMEs in the industrial sector. This research study has a quantitative, non-experimental, cross-
sectional approach of correlational scope. To measure the variables, instruments validated in previous studies were
used. It was found that the level of “safety culture” was determined to a large extent by the level of “safety leadership”
in the three SMEs analyzed.
Keywords: Safety culture, safety climate, SMEs, industrial.
Introducción
Según datos de la Cámara de Comercio de Bucaramanga
(2018b), el sector industrial ocupa el segundo puesto en
número de empresas en el departamento de Santander.
Este sector se conforma de 10.446 empresas, de las cuales
0,34 % son grandes; 0,81 %, medianas; 3,91 %, pequeñas;
y 94,93 %, microempresas. Del 100 % de las empresas que
componen el sector industrial, el 88,72 % se encuentran
en el área metropolitana de Bucaramanga. Los principales
subsectores que lo integran son elaboración de productos
alimenticios; confección de prendas de vestir; fabricación
de calzado y marroquinería; fabricación de productos
elaborados de metal, excepto maquinaria y equipo;
fabricación de muebles, colchones y somieres; y fabricación
de joyas y artículos conexos (Cámara de Comercio de
Bucaramanga, 2018a).
Según cifras de Fasecolda (2018), aún hasta diciembre
de 2016 las empresas del sector industrial del área
metropolitana de Bucaramanga aliadas al sistema de
riegos laborales reportaron 2257 accidentes laborales
y 56 enfermedades laborales. Esto es, 1,38 accidentes
laborales por empresa. Si bien este valor está por debajo
del promedio nacional para el sector industrial, que está en
1,77 accidentes laborales por empresa, sigue por encima
del número promedio de accidentes por empresa del área
metropolitana de Bucaramanga y del ámbito nacional, con
1,06 y 1,02, respectivamente.
Pucci (2007) propone una clasicación de las
investigaciones sobre seguridad en el trabajo en tres
ejes fundamentales: el individuo, el puesto de trabajo
y la organización. Pucci explica que las investigaciones
respecto de los individuos han girado en torno al análisis
de la abilidad de los comportamientos partiendo de
cuatro determinantes: la personalidad, la motivación, el
aprendizaje y la decisión. Puyal-Español (2001) conrma
esto al armar que en la prevención de riesgos laborales
intervienen importantes aspectos psicosociales, como
las actitudes, los hábitos, la percepción del riesgo y la
percepción de su control, así como el nivel de satisfacción
de los empleados, entre otros. Vanegas et al. (2017)
aportan que en las organizaciones la gestión de riesgo
debe ser planicada.
Un concepto integrador de estos elementos es el de
‘cultura en seguridad’, que, según la Comisión de Seguridad
y Salud del Reino Unido (1993), es “el producto de valores,
actitudes, competencias y pautas de comportamiento
individuales y de grupo que determinan el compromiso
hacia la seguridad, así como el estilo y competitividad de
los programas de seguridad y salud de la organización”.
De manera alternativa, Rimbau (2013) propone el concepto
de ‘cultura preventiva’ como “el conjunto de creencias,
normas, actitudes, roles, prácticas sociales y técnicas que
se ocupan de minimizar la exposición de los trabajadores,
directivos, clientes y público a situaciones consideradas
peligrosas o nocivas”.
Fernández-Muñiz et al. (2004) plantean que la cultura
de seguridad, que hace parte de la cultura organizativa,
está integrada por dos componentes principales: el
clima de seguridad, relacionado con las actitudes y
comportamientos de los trabajadores; y el sistema de
gestión de la seguridad y salud laboral, entendido como
el conjunto de políticas, prácticas y procedimientos
relacionados con la prevención del riesgo laboral.
Al respecto, Pidgeon (1991) establece que hay tres
elementos clave de la cultura preventiva: 1) existencia de
normas y reglas; 2) actitudes positivas hacia la seguridad;
y 3) prácticas de seguridad reexivas.
Por otra parte, según la Agencia Ejecutiva para la Salud y la
Seguridad del Reino Unido (2005), uno de los cinco factores
clave que determinan la cultura de seguridad de una
organización es el liderazgo, junto con la comunicación
bidireccional, la participación de los empleados, la cultura
de aprendizaje y la actitud hacia el castigo.
Rimbau (2013) plantea que el liderazgo en seguridad
ejercido por los directivos y mandos medios se
hace maniesto, en el nivel macro, en la toma de
decisiones estratégicas, y en el nivel micro, mediante
los comportamientos y actitudes en el trato directo con
los trabajadores. Algunos ejemplos de acciones que
los directivos pueden emprender desde el nivel macro
serían integrar la prevención en todas las decisiones
y áreas funcionales; establecer objetivos; asignar
Germán Manuel Argüello-López, Ana Patricia Buenahora-Morales, Mónica Fernanda Mantilla-Martínez
Relación entre liderazgo en seguridad y cultura en seguridad en trabajadores de tres pymes del sector industrial de Bucaramanga