I+D Revista de Investigaciones
ISSN 2256-1676 / ISSN en línea 2539-519X
Volumen 16 Número 2 Julio-Diciembre de 2021 pp. 140-150
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Volumen 16 Número 2 Julio-Diciembre de 2021 pp. 140-150
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Estudios en la reflexión de las prácticas
pedagógicas y su relación con la
neuroeducación
1
Studies in the reflection of pedagogical practices and their
relationship with neuroeducation
Fabio Estupiñán
2
, Oscar Valverde Riascos
3
Artículo recibido en febrero 26 de 2021; artículo aceptado en marzo 29 de 2021
Este artículo puede compartirse bajo la Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional y se referencia
usando el siguiente formato: Estupiñan, F., Valverde, O. (2021). Estudios en la reflexión de las prácticas pedagógicas en neuroeducación. I+D
Revista de Investigaciones, 16(2), 140-150.
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Resumen
El presente artículo tiene como finalidad analizar los estudios que se han realizado en la reflexión del profesorado
sobre sus prácticas pedagógicas desde la perspectiva de la neuroeducación. La metodología respondió a un análisis
documental de investigaciones previas, en torno a la práctica pedagógica, los procesos de autoevaluación y
autorregulación en la práctica pedagógica y los lineamientos de integración de la neuroeducación y el pensamiento
reflexivo en la práctica pedagógica. De lo cual se concluye que existe diversidad de estudios, sin embargo aún se
complementa con indagaciones acerca de la neuroeducación como una ventaja competitiva en la pedagogía, y el
docente como sujeto de saber pedagógico debe conceptualizar y operacionalizar sus herramientas educacionales a
partir del desarrollo autónomo del estudiante, permitiéndole la autoevaluación y autorregulación de sus procesos
pedagógicos dentro del contexto educativo, con la finalidad de aportar a mejorar la enseñanza y aprendizaje.
Palabras clave: autoevaluación, autorregulación, práctica pedagógica, neuroeducación.
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Abstract
The purpose of this article is to present the studies that have been carried out in the reflection of teachers on their
pedagogical practice from the perspective of neuroeducation. The methodology responded to a analysis of previous
research, around pedagogical practice, self-assesment and self-regulation processes in pedagogical practice and
integration guidelines of neuroeducation and thoughtful thinking into pedagogical practice. This concludes that there
is a diversity of studies, however, it is still supplemented by research on neuroeducation as a competitive advantage in
pedagogy, and the teacher as a subject of pedagogical knowledge should conceptualize and operationalize their
1
Artículo de reflexión documental, de enfoque cualitativo y diseño interpretativo, articulado con el desarrollo actual de una tesis doctoral en ciencias
de la educación, perteneciente al área de Humanidades y Ciencias de la Educación, subárea de Educación, desarrollado en la Universidad
metropolitana de educación, ciencia y tecnología-UMECIT (Ciudad de Panamá, Panamá). Dirección: Calle Eusebio A. Morales, frente a parrillada
Martín Fierro, PBX: 264-9908. Fecha de inicio: 2019. Fecha de terminación: 2022.
2
Microbiólogo, Universidad Industrial de Santander. Magister en Educación con Mención en Currículum, Universidad de Arte y Ciencias Sociales
(Chile). Doctorante en ciencias de la Educación, de la UMECIT (Ciudad de Panamá, Panamá). Dirección: Calle Eusebio A. Morales, frente a
parrillada Martín Fierro, PBX: 264-9908. ORCID ID: https://orcid.org/0000-0002-3185-2105. Correo electrónico:
fabioestupinangomez@gmail.com
3
Doctorado Estudios Sociales y Políticos en la educación, Universidad De Valencia. Docente-Investigador Senior- Universidad Mariana. (Pasto,
Colombia). Dirección: Calle 18 No. 34-104 Pasto, PBX: 7244460. ORCID ID: https://orcid.org/0000-0002-2306-4053 Correo electrónico
institucional: ovalverde@umariana.edu.co
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educational tools from the autonomous development of the student, allowing him self-assesment and self-regulation
of their pedagogical processes within the educational context, in order to contribute to improving teaching and learning.
Keywords: self-assessment, self-regulation, pedagogical practice, neuroeducation.
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Introducción
El cerebro es el órgano que cumple las funciones más
importantes del cuerpo y es condicional a las reacciones
del comportamiento humano, por tal motivo, el cerebro
determina todo lo referente al proceso formativo de la
persona y la adquisición de conocimientos. A tal efecto,
a pesar de que el aprendizaje tiene muchas vertientes, y
son condicionales a las reacciones y acciones de las
personas, si se pudiera entender las fragilidades y el
funcionamiento del cerebro de seguro representaría un
avance en los sistemas educativos para fortalecer las
estrategias de aprendizaje. Como consecuencia los
científicos cada día indagan más acerca de la
neuroeducación, en las distintas funciones del cerebro, y
cómo pueden verse apoyadas para el proceso formativo
con herramientas y tecnologías que estimulen la
adquisición de conocimientos.
En torno a lo referido, las orientaciones de la
neuroeducación hacia el aprendizaje destacan que el
proceso de adquisición de conocimientos es ampliamente
complejo, y que la individualidad de las personas juega
un papel más complicado aún para que el profesor pueda
intervenir de forma positiva en el aprendizaje. No
obstante, la neuroeducación abre nuevas vertientes para
relacionar el funcionamiento del cerebro con la
enseñanza, por ende, el profesorado actualmente analiza
las ventajas de la neuroeducación inmerso en los
procesos pedagógicos, y como estas pueden afectar la
estructura mental, con el fin de modificar ciertas barreras
cognitivas que impiden un aprendizaje significativo en
los estudiantes.
En pocas palabras la neuroeducación genera un impacto
en las metodologías y estrategias de evaluación que
reflejan valoraciones positivas en todos los actores, a fin
de cuentas, promueve la disminución del estrés
académico, limitando la presión de métodos mecanizados
y rudimentarios dentro del aula lo cual ha favorecido la
comunicación entre docente y estudiantes que inclusive
son participes de sus propios beneficios a través de
aportes cognoscitivos (Pherez et al., 2018).
Todo lo expuesto significa que la neuroeducación es
interviniente positivo en el aprendizaje significativo del
estudiante, siempre y cuando el docente adopte las
medidas adecuadas para ser implementadas con los
alumnos, dentro de estas medidas o modelos educativos
el profesorado debe analizar múltiples variantes en ellos,
como características de la personalidad, formas
comunicacionales, y capacidades de autonomía bien sea
limitadas o adelantadas, en resumen, el docente tiene una
extensa y ardua participación en el proceso de enseñanza
aprendizaje efectivo en el alumno.
A partir de estas percepciones teóricas, el aprendizaje es
cambiado a través de las emociones, y estás pueden
influir en cambios de conducta o inclusive químicos,
estos pueden ser alterados positivamente por medio de la
construcción de elementos externos que puedan afectar
aspectos intrínsecos como la memoria, y la
reconstrucción de hechos que pueden ser modificados de
acuerdo a las solicitudes del docente, en pocas palabras
el proceso es muy complejo, pero es posible, inclusive
alterar ciertos pensamientos arraigados de los estudiantes
a distintas concepciones teóricas, metódicas,
investigativas positivas que el docente quiera expresar. Si
el aprendizaje responde a estímulos tanto internos como
externos, el profesorado debe fomentar estímulos
externos positivos que refuerzan el autoconocimiento del
estudiante y les permitan modificar sus estímulos
internos hacia lo que se quiere aprender (Benavidez V &
Flores P, 2019).
Entonces, la neuroeducación es un proceso relativamente
nuevo que desarrollan las ciencias de la educación, en
donde se estudian las respuestas cerebrales de los
estudiantes, y los estímulos en la pedagogía que traerían
acciones y consecuencias positivas en el proceso de
adquisición de conocimientos. A pesar de que la parte
neurológica del individuo funciona de forma mecánica
por los condicionales de las funciones cerebrales, el ser
humano también tiene conciencia y la parte emocional
también afecta la meta- cognición del individuo, a partir
de allí es que la neuroeducación tiende a ser un gran
elemento clave dentro de los procesos educacionales
(Bullón Gallego, 2016).
Por consiguiente, Sáez (2014) expresa que la
neuroeducación tiene como propósito de establecer una
comunicación más asertiva entre la neurociencia y la
educación, el cual pretende generar bases que articulen
estas dos áreas hacia una enseñanza más significativa que
aporte en el estudiante un mejor aprendizaje. Por lo tanto,
se comprende que la neuroeducación es el uso de la
neurociencia en la educación, que permite conocer cómo
se aprende y qué cambios ocurren en el cerebro. Por esta
razón, esta vertiente proporciona a la educación una
herramienta valiosa en la construcción de conocimientos
con base en el funcionamiento del cerebro.
Sin embargo, Iafrancesco (2011) expresa, que existen
otras inclinaciones de lo expuesto, en cuanto a los
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problemas que se pueden presentar en la neuroeducación,
en relación a los paradigmas científicos, se destaca que el
funcionamiento del cerebro es tan complejo, y que las
medidas que puedan ser adoptadas tras estudios
neuroeducacionales quizás no tengan una respuesta
positiva en todos los participantes; por tanto, el
paradigma de las ventajas de la neuroeducación en la
pedagogía se convierte en un proceso deficiente que no
conlleva al fomento de la mejora constante del proceso
de enseñanza aprendizaje. Por otra parte, se ve la
contrapartida de las constantes investigaciones
científicas, puesto que precisamente, en la variedad de
sujetos y de pruebas, es que determinarían resultados
positivos tras la concepción de la neuroeducación dentro
de la pedagogía del aprendizaje (Mendoza Vargas et al.,
2019).
En este contexto, se realiza un rastreo bibliográfico y
documental para analizar la práctica pedagógica, los
procesos de autoevaluación y autorregulación realizados
en la práctica pedagógica y cómo se relacionan con la
neuroeducación desde el pensamiento reflexivo en la
práctica pedagógica, además, se contextualizan las
relaciones coyunturales efectivas que se puedan producir
a partir de la incorporación de elementos neuro
educativos en la práctica pedagógica, sumadas a una
regulación de las acciones y estrategias que los
profesionales en áreas formativas puedan ejecutar.
En este punto, se indagan esas vertientes de amplitud que
incluyen la racionalidad, autocontrol y características
profesionales y personales del docente, donde son
capaces de regularlas y evaluarlas en pro de planificar,
organizar, y ejecutar estrategias pedagógicas que
sustenten la efectividad de la práctica reflexiva. Bajo este
supuesto, el docente debe evaluar la integración de estos
elementos con la neuroeducación, como parte principal
del proceso formativo que conlleve a una mejor
enseñanza.
De acuerdo a lo indicado por Iafrancesco (2011), la
neuroeducación en ocasiones puede o no ser útil dentro
del proceso formativo, la clave estaría en el desarrollo
científico y los avances constantes en el tema, en el que
la práctica pedagógica como un constructor benéfico
debe estar en revisión, desde aspecto culturales e
ideológicos, para así generar una praxis, a través de
procesos de autoevaluación y autorregulación del
quehacer docente, por lo tanto se deberá articular un
proceso de integración de la neuroeducación y el
pensamiento reflexivo del maestro, lo cual genera en la
pedagogía algo que no es estático, en tanto que es
rotativa, dinámica y que debe estar en constante avance
en todas sus herramientas en pro de mejora. Dentro de
este marco, la neuroeducación debe estar en el contexto
del pensamiento reflexivo de la práctica pedagógica del
profesorado.
De acuerdo con todo lo referido, el objetivo del presente
artículo es analizar los estudios que se han realizado en
la reflexión del profesorado sobre sus prácticas
pedagógicas desde la perspectiva de la neuroeducación.
Por esta razón, se contextualiza el por qué el docente a
través de su práctica pedagógica en armonía con un
pensamiento reflexivo, debería tener presente el
incorporar la neuroeducación como circunstancia que lo
lleve a desempeñar una mejor praxis de su quehacer
profesional.
Metodología
El método determina los cursos de acción que el
investigador adopta en los procesos ontológicos de un
determinado problema. Entrando más a fondo en esta
perspectiva metódica, se hace mención al paradigma
cualitativo; en el cual, Gurdián-Fernández (2007)
destaca, que éste parte de un campo de investigación que
nace por la necesidad de contextualizar problemas de las
ciencias humanas, entonces lo cualitativo, es más
sensible a la descripción de la información según las
perspectivas de los sujetos, y entrando en un mundo más
a fondo del problema, menos superficial, ya que las
ciencias humanas y el comportamiento de las personas
representan elementos complejos que no pueden ser
identificados con números; de allí, que el paradigma
cualitativo responde a necesidades complejas subjetivas
permitiendo emplear métodos de recolección sensibles a
los fenómenos a indagar y por tanto, proporcionan mayor
flexibilidad y explicaciones de los fenómenos en su
contexto.
El paradigma cualitativo, está acompañado en este caso
por la interpretación, enfoque que tiene cualidades de
analizar las distintas concepciones de un problema,
logrando traducir elementos ocultos en un fenómeno
estudiado (López, 2013). A partir de lo referido, el
enfoque interpretativo, tiene cualidades de compresión
de varios acontecimientos de orden social y educativo,
que estudian acciones de los humanos que conllevan a un
problema determinado (Martínez Godínez, 2013).
Sincronizando los aspectos referidos, el paradigma
cualitativo permite tener mayor flexibilidad en la
detección documental de los datos que propicia el análisis
de la información a través de la subjetividad entorno a
investigaciones concluidas con referencia a la
neuroeducación y la pedagogía; el enfoque interpretativo
flexibiliza los procesos de compresión del problema a
partir de otras investigaciones, pero siempre encaminado
a describir cuales son las vertientes entorno a la reflexión
del docente en relación de tener a la neuroeducación
como una herramienta que le permita transformar su
pedagogía en beneficio de la enseñanza-aprendizaje.
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Ante lo descrito, se tomaron en cuenta, antecedentes,
sustentados en investigaciones culminadas que tienen
relación directa con la práctica pedagógica, la
autoevaluación y autorregulación del docente orientadas
a un nivel pedagógico que permita integrar la
neuroeducación y el pensamiento reflexivo en la práctica
pedagógica. En este contexto, y considerando los
aspectos mencionados a estudiar, el primer criterio que
se tomó en cuenta para la selección de las fuentes
bibliográficas y documentales como: e-libro, bibliotecas
y repositorios de tesis, que fueron la determinación de
investigaciones culminadas de alcance doctoral; seguido,
de la inmersión total en los temas relacionados y
mencionados, a través del rastreo en bases de datos
bibliográficas reconocidas mundialmente como: Scopus,
Dialnet, Scielo, utilizando los descriptores de práctica
pedagógica, autoevaluación y autorregulación,
pensamiento reflexivo y neuroeducación; otro criterio de
gran relevancia a referir, es la veracidad de la
información en las investigaciones previas sustentadas
por un adecuado abordaje metódico de la información y
su procesamiento, para propiciar mayor claridad al
proceso de análisis bibliográfico y documental por el
reconocimiento en repositorios de tesis y revistas
reconocidas mundial y nacionalmente, que permitió
revisar las tendencias teóricas, epistémicas y
metodológicas que se indican en el presente artículo.
Procedimiento
En el desarrollo del tema, se revela un análisis
bibliográfico y documental de acuerdo a la información
recopilada, clasificada e integrada, de antecedentes
previos culminados que guardan relación directa con el
objeto de análisis en este artículo respecto a los estudios
realizados, a lo cual se responde con una coherencia
discursiva a partir de datos cualitativos e interpretativos,
sintetizadas en las tres grandes categorías de estudios
centrados en la práctica pedagógica, los procesos de
autoevaluación y autorregulación en la práctica
pedagógica y la neuroeducación y el pensamiento
reflexivo con relación a la práctica pedagógica, que a
continuación se pasa a describir de forma suscita, pero
con representantes reconocidos y que permanentemente
están en este tipo de reflexiones teóricas y conceptuales
en Colombia y en el mundo.
Práctica pedagógica
Desde la perspectiva de las reflexiones de Barragán
Giraldo (2011), la práctica pedagógica inicia de un
proceso como constructo el cual se encamina en que es
reflexivo y debe ser retroalimentado asiduamente, dando
respuesta a las innovaciones y necesidades de la
comunidad educativa, en las cuales la concepción de la
pedagogía no es un aspecto único, si no que brota de la
multidisciplinariedad. En este contexto, se analizan las
concepciones de Valverde Riascos (2011), que expone
acerca de la praxis docente, en las prácticas de enseñanza,
en donde el profesorado debe posesionarse en una forma
interactiva y versátil en sus procesos, el suceso formativo
en está compuesto por varias dimensiones que facilitan
la praxis docente, es decir, la práctica pedagógica no se
puede limitar con un solo juicio, para poder adjudicársela
primero se debe entenderla y apreciarla como un
constructo de múltiples aspectos y funciones que debe
tener y aplicar el maestro.
Se plantea entonces, la variedad ha sido un elemento
esencial en la transformación y actualización de la
práctica pedagógica, basándose en una perspectiva
profunda de interculturalidad y complejidad en el espacio
de aplicación, que permite renovar las interacciones
sociales, particulares, educativas y estratégicas dentro de
la práctica educativa (Álvarez-Álvarez, 2015);
sintetizando, se traza la notabilidad de la reflexión de los
talantes de la docencia- investigación- conocimiento
porque van entretejidos al progreso de intercambio de la
práctica pedagógica efectiva y cambiante.
Recapitulando, Valverde enuncia que la imagen del
docente debe estar enmarcada en la línea reflexiva ante
cambios sustanciales, y para conseguir este propósito,
debe encuadrar hacia la re-significación de la práctica
académica.
De esta manera, se considera oportuno mencionar la
concepción de Puiggrós (1990) quien alude que la
práctica pedagógica se compone en una relación, en la
que se involucra el educador, el estudiante, el hábito y los
conocimientos que se divulgan, situados en un momento
y un tiempo histórico explícito.
Con relación a lo expuesto en esta categoría, se hace
alusión a la transformación de la práctica pedagógica
como se ha descrito, por tal razón, una ruta significativa
seria la neuroeducación, que aporta concepciones claras
y precisas de como aprende el cerebro y de qué forma se
puede orientar en la enseñanza para que el aprendizaje
sea óptimo.
Procesos de autoevaluación y autorregulación
realizados en la práctica pedagógica
Schön (1992) presenta en su análisis del pensamiento del
profesional reflexivo las discrepancias entre enseñar a
diseñar y aprender a hacerlo, estableciendo que la forma
más relevante de aprender a diseñar es por el camino de
la práctica y acción, el diseñador averigua diversas reglas
o juicios para emplear a través de un sumario presencial
e individual en donde el diseñador no logra alcanzar
conocimientos por medio de experiencias extrañas o
ejemplos de errores, debe ser a través de su experiencia
propia.
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En este orden de ideas, la reflexión se entrelaza con todo
lo referente a la estrategia de autoevaluación de la
práctica pedagógica, el cual según los conceptos de
algunos autores se refiere como aquel asunto donde es el
docente el que acopia, descifra y juzga la información
concerniente con la práctica de su quehacer. Es el
educador quien establece criterios y estándares para
evaluar sus compendios, sapiencias, habilidades,
eficacia, en efecto, concreta juicios significativos de la
autoevaluación como propósito de exaltación y, además,
conocimientos de debilidades en los alumnos (Airasian
& Gullickson, 2000). Según lo puntualizado por el
escritor, al hacer un estudio y la reflexión benefician la
interpretación y cimentación de sus propias
concepciones, pues involucra que el profesor
confeccione corduras sobre cómo orienta en esa
enseñanza, para qué se enseña y por qué se enseña,
incógnitas que forjarán que el docente analice y
reflexione inacabadamente sobre su trabajo educativo, el
cual lo llevará a establecer un proceso de autoevaluación
y autorregulación de su quehacer profesional.
Por consiguiente, es imperante analizar la producción de
un proceso reflexivo en el ambiente de la educación y,
además, articulado desde una perspectiva de la
neuroeducación, donde existen mayores vacíos
investigativos en cuanto a la articulación de la práctica
pedagógica y su relación con un proceso basado en la
autoevaluación y la autorregulación y su relación con la
neuroeducación. La identificación de las prácticas
pedagógicas en la educación hace necesario una
evaluación pedagógica en los establecimientos
educativos, el cual se pueden deducir aspectos necesarios
que compongan elementos que conlleven a tener
herramientas que permitan la inspección de fortalecer los
procesos pedagógicos mediante esa autoevaluación y
autorregulación de la práctica, y así, mejorar el
rendimiento académico en la comunidad educativa
(Duque et al., 2013).
De manera que, la neuroeducación se sustenta como un
área multidisciplinaria, al incorporar en su esencia a la
neurociencia, la psicología y la educación, donde su fin
es de dar a conocer cómo funciona el cerebro en el
entorno educativo con el propósito de generar
herramientas de mejora en la práctica pedagógica. El
objetivo de la neuroeducación es generar investigación
básica y aplicada que proporcione una nueva forma
transdiciplinaria de aprendizaje y enseñanza, la cual sea
capaz de mejorar la educación” (Adrianzén Fernández,
2018, p. 31).
Ahora bien, según Aguilar Davis et al., (2018) en su
documento “Evaluación de la autorregulación de la
docencia y el aprendizaje en la formación inicial
docente” expone que la autorregulación está
entrañablemente vinculada a la autoevaluación y
autocritica del docente, como una herramienta de
aprendizaje que permite la consolidación de los
conocimientos del docente en todo su desempeño
profesional. Por lo tanto, la inmersión que tiene el
docente en el proceso de autorregulación del aprendizaje,
y la autoevaluación de su práctica pedagógica brinda una
perspectiva positiva que genera una contribución a la
práctica educativa, sentando una base que permita
relacionar nuevas herramientas, como lo es la
neurociencia con su particular temática en la educación
el cual es el área de la neuroeducación.
Relación de la neuroeducación y el pensamiento
reflexivo en la práctica pedagógica
Las concepciones como la autoevaluación y
autorregulación, que deben estar inmersos en una
reflexión de la práctica pedagógica, forman ese equipo
que permiten generar un instrumento más consolidado en
la práctica docente, y de la derivación de estos procesos
se instaura que se debe efectuar un modelo donde los
docentes tengan esa herramienta que integre esa
articulación entre la neuroeducación y la práctica
pedagógica; el cual conlleva a una realidad imperiosa, en
la ambición de cambiar y mejorar el proceso de
enseñanza- aprendizaje. Por lo tanto, con relación a lo
expuesto se obtiene por medio de las investigaciones
neurocientíficas, descubrimientos desde la psicología
cognitiva, y desde luego estudios sobre neurociencias,
que esta temática conduce a una nueva disciplina llamada
neuroeducación, cuyo propósito primordial es saber
cómo el cerebro aprende y de qué manera se estimula su
desarrollo en el ámbito educativo por medio de la
ilustración académica (Pherez et al., 2018, p. 150).
Mora Teruel (2013) describe que:
La neuroeducación es una nueva visión de la
enseñanza basada en el cerebro, que toma
ventaja de los conocimientos sobre cómo
funciona el cerebro, integrados con la
psicología, la sociología y la medicina en el
intento de mejorar y potenciar tanto los procesos
de aprendizaje y memoria de los estudiantes,
como la enseñanza de los profesores. (p. 25)
En este sentido se comprende que la neuroeducación
fomenta un norte para la práctica educativa, relacionando
hacia una enseñanza fundada en el cerebro, el cual se
sostiene en principios procedentes de resultados notables
de la investigación sobre el cerebro, la perspectiva de la
neuroeducación se rige a la cimentación de puentes entre
la neurociencia básica y sus estudios en la inmersión de
la educación para concertar las metodologías de
enseñanza de los educadores con las técnicas de
aprendizaje de los alumnos (Pherez et al., 2018).
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En relación con este tema, Gil (2015) relata que los
tópicos neuroeducativos al ser asociados a los programas
de formación docente, proporcionan a la enseñanza y el
aprendizaje resultados positivos, lo cual genera métodos
transformadores, creativos, críticos y propositivos.
Sumado a esto alude que para alcanzar esta intención se
requiere que los educativos consigan conocer más sobre
el órgano responsable del aprendizaje, es decir, conocer
cómo funciona y aprende el cerebro. Además, se
pretende que ese educador reflexione sobre todos
aquellos elementos que intervienen en el sumario del
aprendizaje con el propósito que los actores involucrados
en la educación sean autónomos, independientes y
autorregulados (Chacón Corzo & Chacón Contreras,
2006).
Por esta razón, las personas involucradas en todo el
contexto de la educación son cada vez s conscientes
del importante papel de la neuroeducación en el sistema
de enseñanza y aprendizaje, por lo tanto, se ha alude a la
necesidad de aportar este conocimiento de la
neurociencia al aula para mejorar la forma en que los
docentes enseñan y conocer cómo se aprende desde lo
fisiológico del cerebro (Mora Teruel, 2013).
Cabe resaltar en este apartado, lo importante que el
docente en esa reflexión tenga como prioridad de ese
cambio en su quehacer profesional, al campo de la
neuroeducación, puesto que esta, le otorga conocimiento
sobre los procesos de aprendizaje en el cerebro y con esto
el docente pueda establecer desde un profundo análisis de
su práctica, una didáctica más alusiva al aprendizaje
dinámico, donde está el entorno educativo y las
emociones, como influyentes en la enseñanza-
aprendizaje.
Se plantea entonces, una mirada a algunas
investigaciones hechas sobre las categorías ya
establecidas anteriormente, con el fin de enmarcar más la
temática de la práctica pedagógica y su relación con la
neuroeducación como aporte significativo en la
enseñanza-aprendizaje.
Trabajos en Neuroeducación
Referente a la neuroeducación, Codina (2015) en su
trabajo titulado “Neuroeducación en virtudes cordiales.
cómo reconciliar lo que decimos con lo que hacemos”
describe que la neuroeducación puede contribuir a
mejorar la educación, y en virtudes cordiales refuerza el
proceso de enseñanza-aprendizaje en su totalidad,
convirtiéndose aen una herramienta más que útil para
mejorar la educación, una herramienta de transformación
de la sociedad. Además, la neuroeducación según bases
del estudio de Codina representa un refuerzo en los
sistemas educativos, y una gran ventaja como
herramientas complejas para la compresión de los
procesos cognitivos que permiten la apertura de nuevas
vertientes de la recepción y el procesamiento de la
información de los estudiantes.
Por su parte, Botero Carvajal (2014) con su trabajo
investigativo “Neuroeducación ante los retos de la
educación para el desarrollo humano” expresa que los
avances en neurociencia han dado luz a descubrir que hay
propias particularidades en la forma de aprendizaje. Con
respecto a esta concepción, se toma otro autor quien
define que:
Cada cerebro es único e irrepetible, que se tiene
una herencia genética y una organización
cerebral particular, que en la interacción con la
experiencia en la que se desarrolla la persona
promueve un desarrollo particular, por tanto,
existen diferentes formas de aprender, diferentes
intereses y por ende diferentes inteligencias.
(Gardner, 2005, p. 61).
Además del hecho de que los docentes al momento de
enseñar tengan conocimiento acerca de cómo aprende el
cerebro y cómo influyen componentes como las
emociones al momento de aprender, le permitirá tener en
sus manos un gran recurso para mejorar su proceso de
enseñanza y por ende beneficiar el proceso de
aprendizaje, el ser un docente actualizado y critico le
permitirá desarrollar las estrategias necesarias para
transformar su modelo de enseñanza y de esta manera
intervenir de la mejor manera en el proceso de
aprendizaje del alumno.
Según el estudio de Carvajal, la neuroeducación soporta
las teorías de la individualidad de los seres humanos y
sobre todo la complejidad del funcionamiento cerebral,
para el docente es complicado conocer y generar medidas
de aprendizaje efectivas para más de 30 cerebros con
medidas de pensamiento totalmente distintas, hay entra
en juego la neuroeducación, en las distintas concepciones
que esta proporcionan al docente y permiten
proporcionar herramientas y estrategias para el proceso
formativo.
Cabe resaltar a los autores, Lemkow-Tovias et al. (2016),
el cual en su compromiso académico titulado
“Neuroeducación y espacios de aprendizaje, facultad de
ciencias sociales de Manresa, UVic-Universidad Central
de Catalunya” manifiestan que tener espacios para la
formación del aprendizaje en su forma de procesar la
información y asimilación del aprendizaje del cerebro y
la memoria, facilitan el mejoramiento de las capacidades
del alumno y logra el objetivo de la enseñanza. Ellos
implementan el Lab 0-6, el cual es una propuesta de
espacio integral con varios propósitos, apostando al
aprendizaje de la primera infancia y facilitar el proceso
cognitivo de los niños. La variedad de propuestas se
encuentra en la experimentación y maniobra de las ramas
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de las ciencias, con un enfoque dirigido. Se habla de un
ambiente neuro educativo al Lab 0-6, ya que los
resultados arrojados se enfocan en las funciones
ejecutivas (FE), donde se observa la prevención,
planificar la flexibilización y autogestión o regulación,
demostrando que estas FE pueden generar desarrollo, en
especial cuando se ejecutan en grupos. En este aspecto,
también se toman en cuenta los elementos ambientales,
reduciendo la sobre carga estimulante, conllevando al
respeto justo del niño y tomándolo en cuenta como un ser
independiente capaz de realzar su propia motivación para
activarlo en el aprendizaje directo.
De lo anterior para los investigadores, la neuroeducación
proporciona herramientas de flexibilización a los
docentes entorno al conocimiento más amplio del
funcionamiento del cerebro, lo cual permite autorregular
al profesor sus actividades formativas a través de
estrategias de beneficio a los procesos cognitivos del
estudiante y así facilitar el aprendizaje de calidad de los
estudiantes.
A modo de conclusión, esta categoría revela qué tan
importante es que el docente conozca el funcionamiento
del cerebro, para que de esta forma haga una
transformación de su práctica pedagógica; es así, como
menciona Goswami (2004) y Ansari & Coch (2006) que
se debe implementar espacios de integración entre la
neurociencia y la educación, entre los que se destaca la
alfabetización científica en los profesores, como
mecanismo para que el docente comprenda el mundo del
cerebro.
Trabajos en la práctica pedagógica
Figueroa & Páez (2008) en su investigación
Pensamiento didáctico del docente universitario; Una
perspectiva desde la reflexión sobre su práctica
pedagógica” aluden que las clases orientadas a las
interrogantes, socialización e intervención estudiantil son
de gran relevancia para fomentar el factor aprender en los
jóvenes, se hace relevante que los docentes inicien
procesos de intervención de actividades didácticas como
discusiones, grupos focales, ensayos, que promuevan el
proceso de enseñanza hacia la calidad educativa.
En otras palabras, la práctica pedagogía es vital para el
docente, sobre en todo en las diferencias del quehacer y
acción del conocimiento, a partir del allí, el profesorado
debe investigar, planificar y ejecutar estrategias que sean
de beneficio a los estudiantes, considerando los distintos
estilos de aprendizaje de los jóvenes y las dificultades
para adquirir conocimientos.
Continuando con Peñaranda-Correa et al., (2006) en su
investigación “Análisis integral de las prácticas
pedagógicas de un programa educativo en Colombia”
exponen que una educación que promueve el
fortalecimiento del criterio del educando, tiene en cuenta
sus características y parte de sus intereses y necesidades,
además, es una educación fundada en el reconocimiento
de los conocimientos del estudiante, basada en el diálogo
de saberes, donde el alumno tomará protagonismo en su
propio proceso que este no fuese una imposición, sino
dejarle en libertad de asumir su responsabilidad como
agente activo en su aprendizaje, por lo tanto se establece
que las prácticas educativas que priman en el programa
se dirigen tanto a una perspectiva conductista como
tradicional en algunos casos.
Este aporte, refleja las características que los nuevos
modelos educativos deben tener, en el fomento del
desarrollo y autonomía del estudiante a través de la
práctica pedagógica, en donde el alumno por medio de
estrategias de autonomía genere libertad y conciencia
investigativa y lectora que lo conduzca más que a una
educación tradicional a producir sus propios
conocimientos.
Del mismo modo, referente a la práctica pedagógica, el
trabajo de Londoño Orozco (2009), titulado “Hacia una
pedagogía de la educación superior: indagación sobre el
aprendizaje y reflexión sobre la práctica pedagógica”,
investiga acerca del proceso de aprendizaje en la
educación superior y como sistematizar experiencias de
docentes universitarios. Por lo tanto, se puede aludir que
la sistematización de experiencias educativas se asienta
fundamentalmente a una reconstrucción y resignificación
metódica de una experiencia coexistida; es un sumario
teórico y metodológico que intenta atribuir, erigir
conocimiento, propósitos y experiencias acopiadas a lo
largo del proceso formativo.
De modo similar se indica que plantear la sistematización
como una opción para el saber pedagógico del educativo
universitario accede a iniciar esa búsqueda hacia el
interior de la acción educativa; avivar la reflexión y
evaluación sobre aspectos positivos y negativos,
promueve diferentes alternativas educativas propias para
el alumno; y así establecer ciertos alcances para el
espacio de la enseñanza.
Resultados
Si se analizan los estudios propuestos, la neuroeducación
está orientada a investigaciones que soportan los distintos
funcionamientos cognitivos de los estudiantes y cómo
pueden ser aprovechados en la pedagogía para desarrollar
e integrar estrategias innovadoras que orienten al
estudiante a motivar el proceso formativo y salir del
proceso tradicional educativo a un proceso
constructivista que lo interese por el medio de la
educación de calidad hacia el aprendizaje significativo,
en donde el estudiante demuestre autonomía, y el docente
maneje la autorregulación, la autoevaluación y la
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reflexión hacia los procesos de adquisición de
conocimientos de forma dinámica.
Bajo lo descrito, la práctica pedagógica debe estar
relacionada de forma responsable a la reflexión del
docente, en este contexto y como lo indica Carrasco
Reyes (2018) con las actualizaciones en la nueva era
educativa, se habla de neuroeducación, y como se pueden
evaluar los procesos de aprendizaje y el cerebro,
asociados a la conveniencia de la adquisición de
conocimientos de los estudiantes.
En este punto, es importante mencionar, que el proceso
formativo de calidad e integral en los profesionales debe
estar sustentado en una práctica pedagógica eficiente, que
incluya autoevaluación y autorregulación sumados a la
innovación educativa de calidad, para ello, es interesante
analizar el contexto a nivel de educación con la inmersión
de la neuroeducación al entorno educativo. En este
argumento, todos los análisis y evaluaciones que se
pueden ejecutar a la práctica pedagógica no son
exageradas, para integrar elementos de calidad a la
formación educativa. Varma et al., (2008) plantean la
neuroeducación como una disciplina común para que la
educación se una a fin de integrar ordenamientos con
procesos relacionados con el aprendizaje(p.401).
De todo lo anteriormente mencionado, se entiende que:
el aprendizaje es resultado de los procesos que
se desarrollan en el cerebro. Por ello, es
indispensable considerar que los estudiantes no
son meros recipientes de recepción de
contenidos, sino que son resultado de todo un
proceso elaborado en el cerebro; por lo que es
necesario que los docentes y estudiantes tomen
en cuenta. (Rojas Anaya, 2018, p. 168).
De esta manera, saber acerca de cómo funciona el
cerebro, que cumplen los lóbulos cerebrales, los
neurotransmisores, el sueño, conocer el cerebro en toda
su magnitud, es de gran relevancia dado que es el
principal órgano de almacenamiento del aprendizaje, por
lo tanto, poder identificar estos procesos es clave en
determinar todo el andamiaje hacia el saber. Con respecto
a lo mencionado Barrios-Tao, (2016) sugiere que hay
estudios a partir de la neuroeducación que contribuyen
significativamente al entorno de la educación, y como se
pudo analizar durante este escrito, esta área disciplinar
encuentra una perspectiva conveniente para el proceso de
enseñanza con compendios de esta ciencia y así optimizar
la práctica pedagógica con el proceso de como el cerebro
aprende.
Conclusiones
Referente a la autoevaluación, la autorregulación y
reflexión del docente, se puede aludir que los retos de la
enseñanza y el aprendizaje se encuentran en constante
dinamismo al cambio, además, de una globalización de
la educación, y que deben trazarse estos cambios sin
generar un obstáculo, se convierten más bien en un
desafío para el progreso continuo de las prácticas
pedagógicas en todo el contexto educativo. Por lo tanto,
el autor Ventura (2016) finiquita que las implicancias
educativas generan en el docente la posibilidad de que
examinen y puedan reflexionar acerca de su quehacer
profesional; lo que sobrelleva a formar esa articulación
de la autoevaluación y autorregulación de esa práctica
pedagógica desde la perspectiva de la neuroeducación, el
cual permite robustecer el proceso de enseñanza-
aprendizaje en su integridad, transformándose así en un
instrumento fructuoso para perfeccionar la educación.
Del mismo modo, el docente debe reconocer que debe
analizar las individualidades de los alumnos para poder
generar herramientas innovadoras a partir de estas, y el
proceso que le permite tener ese instrumento valioso es
el de la reflexión, y aún más, el maestro debe integrar la
neuroeducación, el cual le aportará de cómo es el
funcionamiento de cerebro y entender las diversidades de
pensamiento y reacción que tiene los estudiantes. Esta
ruta le permitirá abrir puertas para fortalecer el proceso
de enseñanza aprendizaje en el contexto educativo,
donde deben formar profesionales de calidad integral,
más allá de generar conocimientos académicos.
Este docente debe estar capacitado para la práctica
pedagógica con lineamientos de la neuroeducación, para
la ética profesional y la toma de decisiones y esto solo
pueden lograrlo a través de una reflexión de su quehacer
alineado con procesos de autoevaluación y
autorregulación. Para tal fin, la perspectiva del docente
es integrar nuevas concepciones a su pedagogía, dentro
de estas se encuentra “La neuroeducación” como método
guía de indagación, evaluación y autorregulación de su
práctica pedagógica con el fin de actualizar y mejorar los
procesos de formación profesional en el contexto
educativo.
En el análisis conclusivo de la información bibliográfica
y documental interpretada, en relación a las perspectivas
pedagógicas orientadas por la autoevaluación y
autorregulación del profesorado frente a las nuevas
tendencias de la neuroeducación en los sistemas de
educación, se hace necesario contextualizar la
participación activa del docente en la práctica
pedagógica, y en la responsabilidad de actualizar todos
los procesos formativos a través de un examen profundo
de autoevaluación y autorregulación de los procesos en
educación, que no solo dependen de una simple
capacitación, dependerán de la calidad y excelencia
formativa académica y práctica a la cual se deben sumar
nuevas tendencias.
Fabio Estupiñan, Oscar Valverde Riascos
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En este punto, cuando se hace referencia a nuevas
tendencias, se hace mención a la neuroeducación, como
complemento cognitivo del desarrollo académico e
integral de los estudiantes, que debe ser considerada en
los últimos tiempos, para ir más allá de un simple proceso
de enseñanza aprendizaje apegado a las áreas
catedráticas y los contenidos, puesto que hoy en día, la
educación debe ser constante, actualizada, integral y
formando futuros profesionales pensantes, y capaces de
tomar decisiones y responder a los retos de los distintos
mercados.
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