Milton César Andrade Adaime, Yelly Yamparli Pardo Rozo, Claritza Marlés Betancourt
Desarrollo de competencias en emprendimiento en estudiantes
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I+D Revista de Investigaciones ISSN 2256-1676 / ISSN en línea 2539-519X
Volumen 17 Número 2 Julio-Diciembre de 2022 pp. 131-140
En América latina, en el Proyecto Alfa Tuning (2007), partici-
paron 18 países con cerca de 65 instituciones universitarias
y estuvo dirigido a las siguientes áreas: arquitectura, admi-
nistración, derecho, educación, enfermería, física, geología,
historia, ingeniería civil, matemáticas, medicina y química. El
argumento principal de estos estudios se fundamentó en el
concepto de competencias, donde estas se denen como el
conjunto sinérgico de capacidades que todo ser humano re-
quiere para plantear y resolver, de manera ecaz y autónoma,
situaciones de la vida en el ámbito profesional (Tobón, 2006).
Las competencias en los individuos no son totalmente inna-
tas, sino que son susceptibles de construirse y desarrollarse,
de acuerdo con las motivaciones de cada persona (Zabala
y Arnau, 2007). El concepto de “competencia” en educación
se concibe como una red conceptual cuyo objetivo es la
formación integral del ciudadano en sus diversas áreas: la
cognoscitiva, la psicomotora y afectiva.
La competencia es una capacidad de acción eciente respec-
to de un conjunto de vivencias, que parte de conocimientos
especícos para resolver problemas y conictos, siendo ne-
cesarios espacios adecuados para la enseñanza y aprendizaje
(Perreneud, 2004; Tobón, 2008). Andrade et al. (2012) denen
las competencias como procesos complejos de desempeño
con idoneidad en un espacio-tiempo determinado, que
requieren habilidades y responsabilidad.
Esto conlleva a varios supuestos: una planeación y organiza-
ción de las acciones para la enseñanza y el aprendizaje, tener
claro que el aprendizaje es progresivo, fomentar el trabajo en
equipo, apoyarse en las tecnologías de la información y de
la comunicación (Tejada-Fernández et al., 2018). Según Ruíz
(2009) y Tobón (2006), es una alternativa en educación carac-
terizada por ser un proceso generador de capacidades que
le permitan a los sujetos adaptarse al desarrollo cognitivo y
socioafectivo, la comprensión y solución de situaciones cada
vez más complejas, mediante la combinación de conocimien-
tos teóricos, prácticos, experiencias y conductas.
Para el marco del proyecto Tuning Latinoamérica, las “com-
petencias genéricas” aluden a aquellas en las que se debe
formar cualquier profesional, indistintamente de su campo
de acción disciplinar o ciencia. Por otro lado, las “competen-
cias genéricas” se reeren a aquellas que son propias de la
ciencia o núcleo básico del conocimiento de la formación
disciplinar que se va a evaluar (Wagenaar et al., 2007).
Entre los resultados relevantes para el área de administra-
ción en América latina fue la identicación de competencias
exclusivas, entre las que se encuentran: la responsabilidad
social y compromiso ciudadano, compromiso con el am-
biente y compromiso con el medio sociocultural (Sáenz-Bil-
bao y López-Vélez, 2015). Sin embargo, uno de los temas
urgentes en la administración en la última década ha sido
el fortalecimiento del emprendimiento en las escuelas de
administración en el país.
El término “emprendimiento” tiene su origen en la palabra
francesa entreprende, que signica: hacer algo, y fue em-
pleado en la ciencia económica hacia nales del siglo XVII
(González et al., 2017). En el contexto Latinoamericano,
Varela (2011) identicó las características que debe tener
una persona con “espíritu empresarial”, entre las cuales se
encuentran la capacidad para detectar oportunidades de
negocio; habilidad para identicar soluciones y respuestas;
amplia capacidad para abordar procesos de creatividad e
innovación, y la capacidad de aprender de los errores con
persistencia (Elexpuru-Albizuri et al., 2012).
El desarrollo de competencias para el emprendimiento
requiere de un proceso creativo con múltiples alternativas
(Tejada et al., 2018). La identicación y evaluación de una
oportunidad de negocio involucra procesos creativos e in-
novadores (Andrade et al. 2012). La creatividad se entiende
como “capacidad de lograr generar una idea útil y original,
es el momento fulgurante en el cual, a través del proceso
creativo, el ser humano encuentra una línea de acción que
puede ser nueva o localmente nueva” (Varela, 2006). La crea-
tividad es una competencia que puede ser desarrollada en las
personas a través del entorno educativo. En otras palabras,
es factible enseñar herramientas y métodos que le ayuden
a consolidar ideas, oportunidades, negocios y desarrollar
empresa (Baptista et al., 2012).
Según Acs et al. (2013), el emprendimiento es un creador de
valor tanto social como económico; sin embargo, puede ser
productivo, improductivo y destructivo en términos de crea-
ción de valor social. Por esto, el emprendimiento debe ser un
proceso de creación de empresas que también requiere de
procesos de invención e innovación que demuestren avances
socioeconómicos. La invención se relaciona con el desarrollo
y con la materialización de una idea creativa universalmente
nueva, en un prototipo, en un modelo, en un concepto, en
una idea (Kirby, 2004).
Las “competencias genéricas” denidas para América latina
enfocadas hacia el emprendimiento fueron: la capacidad
creativa; capacidad para identificar, plantear, analizar y
resolver problemas; capacidad para tomar decisiones;
capacidad para formular y gestionar proyectos. Cabe
resaltar que un tema importante para la formación de los
emprendedores, es el desarrollo de competencias en el
ámbito universitario. Esto último debe estar arraigado al
fortalecimiento de las habilidades actuales, para así lograr
que el individuo sea capaz de responder con eficacia a
requerimientos y adaptarse a los cambios, con el n de
que este pueda hacer efectiva la decisión de llevar a cabo